Los guepardos parecen animales feroces y orgullosos, pero en realidad son muy nerviosos y a veces incluso llegan a sentir tanta ansiedad que no saben socializar entre ellos y se estresan demasiado como para procrear, por lo que necesitan la ayuda de amigos especiales.

Por tal motivo, los zoológicos vienen asignando a estos felinos unos perros que tienen la función de “apoyo emocional”.

“Es una historia de amor en la que una especie ayuda a otra especie a sobrevivir”, manifestó Jack Grisham, vicepresidente del zoo de St. Louis y coordinador del plan de supervivencia para guepardos en Norteamérica.

“Un perro dominante ayuda mucho, porque instintivamente los guepardos son muy tímidos, y eso no se les quita”, explicó Janet Hinostroza, supervisora de entrenamiento animal en el Zoo Safari de San Diego.

De acuerdo a los directivos de los zoológicos, cuando pones juntos a un guepardo y a un perro, el primero se fija en el can para “aprender a dar forma a su comportamiento”. Aprenden a leer esas vibraciones calmadas y felices de los perros, lo que les ayuda a tener más confianza, informó .

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