Recordó el caso de Ezequiel Nolasco, el consejero regional que sobrevivió a un atentado en el 2010, donde murió su hijo político Roberto Torres, y que fue ultimado de cinco balazos hace algunas semanas por un sicario en Huacho.

“Nolasco había advertido en repetidas ocasiones que su natal Ancash es dirigida por un sindicato criminal que saqueaba el tesoro local, mataba a la gente que no podía comprar o intimidaba a los enemigos, además de utilizar a la Policía como espías y periodistas como funcionarios a sueldo.

En ese sentido, refirió que Áncash vivía bajo la “regla del hierro” durante la gestión de Álvarez, basándose en los millones que recibía por concepto de canon minero, lo que convertían a Áncash en la región más rica del país.

“Feudos personales y corrupción impregnada no son poco comunes en las democracias de América Latina, pero los analistas políticos dicen que el caso de Áncash es extraordinario por su gran alcance y la brutalidad”, señaló el New York Times.

El diario norteamericano recordó que cuatro fiscales que investigaron del caso de La “Centralita”, un presunto centro de espionaje de los adversarios políticos de Álvarez, fueron acusados por el electo fiscal de la Nación, Carlos Ramos Heredia.

“Siempre he vivido austeramente”, dijo Alvarez a AP, donde remarcó que ni siquiera es el dueño de su casa, sino sus suegros. Allí también negó cualquier responsabilidad en el crimen de Nolasco, en medio de cuestionamientos por obras sobrevaloradas, ataques y amenazas contra otros opositores, como el reverendo Luis Palomino y la fiscal Nancy Moreno.

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