Una pareja en el Reino Unido, creó un museo con sobras de alimentos dejados por celebridades. ¿Por qué algunas personas se sienten atraídas por algo tan banal?

Es uno de los grandes fenómenos culturales del siglo: el apetito por conocer aspectos de la vida de la gente famosa, no importa lo superficiales que sean.

En noviembre de 2010 un molar del integrante de los Beatles John Lennon se vendió en Stockport por US$30.276. En los últimos años se han subastado objetos como una dentadura postiza, cenicero y puros de Winston Churchill, el ex primer ministro británico.

En Estados Unidos, un parche que John Wayne llevó en un ojo en la película True Grit (Temple de acero), de 1969, se vendió por US$47.800 el año pasado.

Asimismo, una rebanada de pan tostado mordisqueada por la estrella del pop Justin Timberlake, con sirope y tenedor de plástico, se vendió por US$1.025 en eBay en Estados Unidos.

Un chicle escupido por Britney Spears y una botella de cerveza a medio terminar por Kurt Cobain también han encontrado nuevos dueños.

El Museo de las Sobras de las Celebridades tuvo su primera exposición en 2004. Hoy cuenta con una selección de sobras en varios estados de descomposición, y cientos de devotos de todo el mundo han rendido homenaje a la “ermita” de las celebridades, tanto en persona como en internet.

Fuente: BBC Mundo