La tendencia de convertirse en muñecas Barbie ha causado gran relevancia, que ahora la íntima amiga de Valeria Lukyanova, la ucraniana Olga Oleynik, que se hace llamar Dominika.

Oleynik aseguró que su única intervención quirúrgica fue para colocarse unos implantes mamarios, con el fin de equilibrar la proporción con sus caderas y lograr la “armonía y perfección” que requiere ser una Barbie humana.

Según los sociólogos del país, es una víctima más de lo que denominan “síndrome muñeca Barbie”: cuando las chicas jóvenes tratan de alcanzar estándares imposibles de belleza.

Para lograr parecerse a la muñeca de Mattel, Dominika acentúa su aspecto con el pelo largo, lentes de contacto, ojos gigantes, boca y cintura pequeñas y modales impasibles ligeramente manipuladores.

Debido a la masiva difusión de sus imágenes en medios mundiales y redes sociales, hay preocupación en Odesa, porque las niñas podrían tomar como ejemplo a estas “muñecas vivientes” sólo para seguir la moda.