Las imágenes, obtenidas con un escáner de tomografía computarizada, son las más detalladas de insectos juveniles de esa época que hayamos contemplado hasta ahora.

Uno de los ejemplares es similar a una cucaracha moderna y posiblemente se alimentaba de la materia del suelo de los bosques.

El otro, que se caracteriza por agudas espinas en cuerpo y cabeza, posiblemente una estrategia para no ser devorado por los anfibios, pertenece a una especie desconocida.

Los autores la han llamado Phrixos Anebos y no existe en la actualidad. Ambos fósiles pertenecen a un grupo llamado Polyneoptera, en el que se incluyen las cucarachas, grillos, saltamontes, mantis y tijeretas.

Para obtener estas imágenes, los científicos colocaron estos insectos minúsculos en el escáner y, con 3.000 rayos X procedentes de diferentes ángulos, crearon 2.000 cortes que mostraban los fósiles en secciones transversales.

Fuente: La Patilla