La peruana Melissa Soriano (31), quien estuvo presente en el descenso de Curiosity en Marte, es una de las responsables de controlar las trayectorias de los proyectiles, naves, robots y cuanto dispositivo electrónico sea eyectado al espacio.

Desde su hogar de Pasadena, nos informaron que Melissa permanecía en una “cura de sueño” necesaria, tras las horas de tensión continua en la que ella y su equipo se sumieron siguiendo el curso de Curiosity, un diseño inteligente de cerca de una tonelada de peso y catalogado como uno de los productos tecnológicos más complejos de la historia.

Según el diario ‘Correo’, gracias a su padre, Arturo, conocimos algunos detalles de su peculiar historia.

Melissa Soriano nació en Virginia el 5 de julio de 1981. Es hija del matrimonio peruano conformado por Arturo Soriano Bernardini y Amelia Horny Morales. Aunque nació en el país norteamericano, Melissa fue inscrita en el Consulado Peruano de Washington como peruana.

Estudió la primaria y secundaria en su natal Virginia, mientras que siguió su instrucción superior en el Instituto de Tecnología de California (o CALTECH, en inglés) ubicado en Pasadena, una ciudad del condado de Los Ángeles, el mismo en el que habitan 133 mil 936 personas, un 33 por ciento de ellas latinas.

En el álbum familiar de los Soriano existe una fotografía de una pequeñísima Melissa, entonces de cuatro años, vestida con un premonitorio traje espacial. “Preparaba su futuro”, advierte Arturo Soriano, vía e-mail.

Invitada. En el Instituto, Melissa alcanzó a obtener tres grados académicos: ingeniera en electricidad, electrónica y economista. Además, ostenta un máster en Sistemas Terrestres y Ciencias de Geoinformación de la Universidad George Mason.

Luego de su graduación, trabajó por seis meses en Intel de Texas. Mientras laboraba en este lugar, fue invitada por el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, cuya sede se encuentra en Pasadena.

Aquí comenzó su desempeño como ingeniera dentro del grupo de control de trayectoria del Mars Science Laboratory (MSL) ahora conocido por el coloquial Curiosity. La madrugada del último lunes, la sala de control de trayectorias del Jet Propulsion Laboratory, donde labora Melissa, se convirtió en una auténtica fiesta.