Tras ser avergonzada por su novio debido a su obesidad, una londinense de 22 años se embarcó en una cruzada para tomar el control de su cuerpo y perdió 82 kilogramos.

Paige Way, quien solía pesar 145 kg, se encontraba manteniendo relaciones sexuales con su novio cuando éste le dijo que su estómago interfería en el acto. Esas palabras le rompieron el corazón.

“Yo era ‘la gorda’ de mi grupo de amigas. Los hombres decían cosas horribles como ‘Dios, miren su tamaño’. No tenía confianza, pero trataba de hacerme creer a mí misma que era feliz siendo gorda. (…) Cuando mi novio hizo ese comentario, supe que no podía engañarme más”, dijo.

Paige, cuya dieta consistía en grandes cantidades de comida chatarra, pesaba tanto que en marzo de 2013 un médico le dijo que estaba en peligro de sufrir problemas cardíacos y de que se le cayeran los dientes, según informa The Mirror.

Unos meses más tarde, decidió hacer un cambio: Terminó su relación con su novio y empezó a hacer modificaciones en su rutina alimenticia. Durante 90 días se sometió a una dieta de jugos y perdió 50 kilos, pero este cambio tuvo efectos secundarios.

“Era horrible. Estaba feliz de haber perdido peso, pero me sentía terrible. Mis períodos se detuvieron y era un desastre emocional. Después de tres meses, no pude tolerarlo más y decidí perder peso de una forma más saludable”, dijo.

Durante los siguientes ocho meses, se alimentó con pequeñas porciones de comida saludable como frutas y ensaladas y todas las semanas caminó ocho kilómetros con su hermana. Ahora pesa tan solo 60 kilos.

“Nunca me he sentido mejor conmigo misma. (…) Creo que todo aquel que no se sienta conforme con su cuerpo debería dar el salto y hacer algo sobre ello. Si yo puedo hacerlo, cualquiera puede”, aseguró.

Sin embargo, esta transformación le ha hecho perder a algunas amigas, celosas de la atención que recibe. También destacó que está agradecida por los dichos de su exnovio, ya que de otra forma no habría conseguido la motivación para dar el paso hacia la salud.

Fuente: Infobae.com