Es el caso de un peculiar show japonés, en el cual un individuo es perseguido por un dinosaurio (al que se le ven las piernas de quien lo maneja), que huye despavorido.

A favor de la víctima, hay que decir que el muñeco se ve muy real en sus movimientos, y que años de Godzilla lo pueden haber predispuesto a sufrir la broma.