La población japonesa está acostumbrada a los sismos, dado que Japón se encuentra dentro del Cinturón de Fuego del Pacífico, pero desde el terremoto del 11 de marzo existe mayor temor cuando el movimiento telúrico se da con mucha intensidad, como el jueves, dijo Erick Brückmann, peruano que reside en dicho país.

En contacto con la agencia Andina, el compatriota precisó que el nuevo terremoto de 7.4 grados en la escala de Richter, que provocó inicialmente una alerta de tsunami, asustó a la gente y por eso muchos tienen a la mano un equipo básico de emergencia que consta de medicinas, agua y alimentos enlatados para tres días.

Tras la alerta de tsunami, centenares de habitantes evacuaron sus viviendas del litoral y se concentraron en los refugios establecidos para esta situación. En tanto, la Policía intensificó el patrullaje en las calles y estaba atenta a las necesidades de la población.

Al levantarse la alerta de tsunami, poco más de una hora después de sucedido el terremoto (cuyo epicentro se localizó frente a las costas de la provincia de Miyagi, al norte del país), los refugiados volvieron a sus hogares y se fueron normalizando las actividades en el país.

Finalmente, el connacional señaló que luego de este fuerte sismo se esperan varias réplicas y ello llevará a que, seguramente, pocos puedan conciliar el sueño.