Un grupo de arqueólogos descubrió en la céntrica región italiana de Toscana, el esqueleto de una supuesta bruja de 800 años que había sido enterrado con siete clavos en su mandíbula.

Los restos de la mujer se encontraban sin sudario, ni urna. Sin embargo, se hallaron clavos a su alrededor, muy probablemente porque fueron incrustados en su ropa.

Los investigadores señalan que la presencia de los remaches tendría que ver con la creencia de que impedirían que la mujer pudiera resucitar, informó BCC.co.uk.

El arqueólogo Alfonso Forgione de la Universidad de L’Aquila, quien encabeza el equipo de investigación, señaló que “es un descubrimiento muy inusual y, al mismo tiempo, fascinante. Nunca he visto algo igual. Estoy convencido por los clavos en la mandíbula y alrededor del esqueleto de que la mujer era una bruja”.