Estamos convencidos de que Jeff Myers ha grabado este vídeo con la mejor intención del mundo, y la pieza resulta simpática.

Sin embargo, y exceptuando los usos militares agresivos, esta es probablemente la peor idea para aprovechar un drone que se le podía ocurrir a alguien: Utilizar estos robots voladores para pasear perros.

Myers ha programado un drone convencional mediante GPS para que efectúe un recorrido programado guiando al can en su paseo. O más bien deberíamos decir al revés, porque los drones comerciales comunes no tienen ni remotamente la fuerza necesaria para retener un perro, si este decide que quiere ir en otra dirección. Eso por no mencionar que el drone tampoco está programado para saber cuándo el animal necesita hacer una de sus “paradas técnicas”, ni para recoger el producto de esa parada para que nadie lo pise.

Una tecnología bien entendida no está para sustituirnos en nuestras relaciones y un perro, aunque a algunos les suene raro, forma parte (o debería) de nuestro entorno afectivo. Dejarle en manos de un drone programado suena casi tan irresponsable como programar al robot para que acompañe a nuestro hijo hasta el colegio. Con todo, los drones han llegado para quedarse y son una tecnología fantástica.

Fuente: Contextotucuman.com