El escándalo persigue a la marca de comida rápida Kentucky Fried Chicken (KFC). No se trata de aceite quemado o piezas de pollo en mal estado; esta vez un joven londinense denunció que encontró en su “combo” supuestos restos humanos.

El periódico The Daily Mail en su edición web, publica que el estudiante Ibrahim Langoo, quedó con náuseas luego de detectar un “cerebro arrugado” dentro de un pedazo de pollo que compró en la sucursal de KFC de Colchester Essex, ubicado a 90 Km al noreste de Londres.

El joven relató que “la primera pieza estaba absolutamente bien, tengo la costumbre de recoger el pollo sin hueso con los dedos, y cuando saqué la segunda pieza vi este horrible cuerpo extraño arrugado, tiré la bandeja de inmediato y de repente me sentí triste y enfermo de verdad”.

Por su parte un portavoz de la empresa aseguró que siempre trata de tener los más altos estándares de calidad en su cadena de comida rápida y aceptó que por desgracia lo que aparece en la fotografía es un riñón y no un cerebro de pollo.

“Lamentamos mucho la experiencia del Sr. Langoo y aunque no hubo riesgo para la salud, estamos de acuerdo en que fue algo desagradable”, señaló la cadena de restaurantes.

Por último afirmó que KFC realizará una investigación completa sobre los hechos y aunque ofrecieron al joven vales para comida gratis como disculpa, Ibrahim Langoo sostuvo que “No quiero volver a comer KFC otra vez”