El gobierno español sigue a la espera de que el Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, acepte la oferta que se le ha hecho para presidir el Instituto Cervantes, una propuesta que exdirectores de esta institución, como César Antonio Molina y Jon Juaristi, consideraron inmejorable.

“Si Vargas Llosa aceptara esa oferta, sería un honor para el propio Instituto porque en estos momentos él es quizá la persona más relevante de la cultura y de la intelectualidad española e hispanoamericana”, afirma Molina, quien dirigió el Cervantes de 2004 a 2007.

Con el mismo entusiasmo se expresa Jon Juaristi, para quien la figura de Vargas Llosa constituiría una “excelente fachada” para la institución. “Como representante del Cervantes no se puede buscar una personalidad mejor”, afirmaba el catedrático de Literatura, que fue director entre 2001 y 2004, si bien advierte de que este cargo puede ir en detrimento de su labor literaria.

Distinta es, sin embargo, la visión del novelista Antonio Muñoz Molina, uno de los escritores españoles más destacados y que gestionó el Cervantes de Nueva York. “Con todos los respetos hacia Vargas Llosa, ¿qué va a hacer él en el Cervantes?”, se pregunta el autor de “Sefarad”.

De aceptar el cargo, Vargas Llosa sería presidente con la misión de representar al Instituto Cervantes en el mundo, mientras que otra persona se encargaría de las labores ejecutivas.