Para evitar que su jefe quedara impune, urdieron una implacable venganza. En primer lugar, renunciaron los tres juntos, sin avisarle y un lunes a mitad de la jornada laboral. Esto hizo que el local permaneciera cerrado, lo que en Estados Unidos habilita al centro comercial a multar con 500 dólares al dueño de la tienda.

Pero en segundo lugar, para asegurarse de que su jefe sintiera algo de la humillación a la que los había sometido, al salir dejaron en la cortina metálica un gran cartel en el que transmitían a los clientes quién era verdaderamente el dueño de ese comercio.

A continuación, la traducción de la “carta de renuncia”.

“Estimado Jamie, ya que has decidido decir que ‘EL CÁNCER NO ES UNA EXCUSA’ y pensar que está bien insultar a tus empleados como haces TODO el tiempo… RENUNCIAMOS. Éste es el motivo por el que no puedes mantener un gerente por más de un año. ABUSAS de tu función y el personal DISFRUTA el hecho de que pierdas a un gerente, un subgerente y un portero en el medio del regreso a clases. PIÉNSALO BIEN la próxima vez que trates a la gente de la manera en que lo haces. NO LO PERMITIREMOS MÁS. Niki, Jess, TJ”.

Fuente: Infobae