“¿Eres una chica tan encantadora. ¿Por qué no estás casada?”. Esa es la pregunta que Heintz ha tenido que escuchar en varias ocasiones por estar soltera y sin hijos.

Según explica, la idea de este proyecto fotográfico surgió mientras hablaba con su madre. “Mamá, no puedo salir a la calle y comprarme una familia. Eso no es posible”, contó.

Fue ahí cuando se dio cuenta de que había una manera. Se compró una familia. Dos maniquíes se convirtieron en su marido y su hija.