Aunque el es una enfermedad que afecta a todos por igual, de acuerdo con , web del Ministerio de Salud (Minsa) que detalla la evolución de la enfermedad en el Perú. En el país, el 71.7% de los fallecidos son varones y el 28.3% mujeres. ¿Por qué ocurre eso?

Los varones son biológicamente diferentes de las mujeres y por ello su respuesta inmunitaria también es distinta. Por esa razón padecen formas severas del COVID-19”, explica César Cábezas, jefe del Instituto Nacional de Salud (INS) a la agencia Andina.

También, añadió Cabezas que otro motivo puede ser multifactorial. A los hombres no los preparan culturalmente para evitar poner en riesgo a sus familias y además muchos padecen enfermedades preexistentes como hipertensión, diabetes o afecciones cardíacas.

Asimismo, el especialista agrega que el sistema inmunitario entre hombres y mujeres es distinto porque, biológicamente, son diferentes, y en el caso de la mujer ‘ser madre hace la diferencia, pues la convierte en garantizadora de la especie humana’.

Si las mujeres fueran más débiles o fallecieran con mayor frecuencia la especie humana no sobreviviría, estaría en riesgo su existencia”, finalizó.

¿Qué significa predisposición genética?

En el ser humano se refiere a ciertas características que modifican las superficies celulares y que facilitarían el ingreso de patógenos como virus, hongos o bacterias, explicó por su parte Heinner Guio, médico e investigador principal del INS.

Esta predisposición también puede explicarse por cambios en algunos de los 25,000 genes que componen el ADN humano. Al variar su patrón de secuencia eso puede predisponer a algunas poblaciones a contraer más enfermedades que otras o resistirse a ellas.

En el caso del VIH, por ejemplo, existen algunas personas que se infectan con el virus y otras no. Esto se debe al cambio que sufre una proteína clave de la célula y que permite el ingreso del virus”, indicó el autor del estudio “Diversidad genética de la población peruana”.

¿Pero qué ocurre con las que se infectan por covid-19?

Guio detalló que en la superficie celular de los pulmones, riñones e hígado existen receptores (proteínas) que facilitan el ingreso de las espículas o espinas (especie de ganchos) del coronavirus.

Toda la información del ser humano se encuentra en sus 23 pares de cromosomas. El par número 23 es el que contiene los cromosomas sexuales X o Y: XY en el caso de los hombres y XX en el caso de las mujeres.

Uno de los receptores para que este virus ingrese a la superficie celular se denomina ACE-2 y es producido por un gen del mismo nombre que se encuentra en el cromosoma X.

Siendo así, podría deducirse que las mujeres (al ser XX) tendrían más ACE-2 y, por lo tanto, mayor riesgo de infección o muerte por COVID-19. Pero en genética existe la impronta, un fenómeno por el cual un gen elimina a su copia. Y eso ocurriría con las mujeres, es decir el gen mata a su copia; pero en los hombres (al ser XY) el virus puede seguir viviendo y hacer daño al cuerpo.

El receptor

Si el receptor ACE-2 (que es como una cerradura y las espinas del coronavirus) está presente en grandes cantidades en los pulmones de los varones, desencadenará entonces una reacción exacerbada del sistema inmune. Lo mismo sucede en adultos mayores.

Sin embargo, las personas pueden sufrir una variación genética y el receptor ACE-2 puede variar también. Este cambio impediría que las espículas del coronavirus se ‘enganchen’ con él y, como resultado, que la persona se mantenga con vida por una respuesta inmunitaria natural.

Algunos laboratorios ya han creado compuestos biológicos que simulan ser los receptores celulares ACE-2, para unirlos a las espículas del coronavirus e impedir que ingresen a las células de las personas y, por tanto, las maten.

Guio informó que investigadores del genoma del INS en Perú, junto a sus pares brasileños y chilenos se reunirán próximamente para analizar la expresión genética que tienen los receptores ACE-2 en sus poblaciones.

Al tener los resultados, se podrá orientar sobre las medidas de salud pública, priorizar el uso de vacunas y hasta crear nuevas herramientas diagnósticas.

Con información de Andina