En un hotel de Los Ángeles, entre una jungla de asfalto y palmeras ornamentales, se celebró el concurso anual de alaridos de Tarzán, uno de los momentos más destacados de la convención “Dum Dum” que año tras año reúne a los fanáticos del personaje más conocido de los creados por el novelista Edgar Rice Burroughs.

A sus 70 años, el nieto del autor, John Burroughs recuerda cómo aprendió a leer con las historias de su temperamental abuelo quien llegó a cansarse del hombre mono, que era lo que le demandaba el público y las editoriales, y de soportar las acusaciones de los críticos.

“Igual que Arthur Conan Doyle estaba forzado a escribir de Sherlock Holmes, él tenía que hacerlo con Tarzán. Le decían que estaba en contra de los negros por las matanzas de algunos salvajes en sus libros, pero él no era un racista”, insistió su nieto, que apuntó que los personajes de raza negra eran la clase alta en la saga literaria “John Carter of Mars”.

Tarzán, que significa “piel blanca” en el lenguaje simio de ficción, protagonizó 24 novelas desde que apareció por primera vez en octubre de 1912 en la revista “The All-Story” con la historia “Tarzan of the Apes: A Romance of the Jungle”, y un siglo después atesora más de 100 millones de copias vendidas.

Fue Johnny Weissmuller, nadador ganador de cinco oros olímpicos, quien inmortalizó físicamente al personaje que posteriormente encarnaron entre otros Christopher Lambert (“Greystoke: The Legend of Tarzan, Lord of the Apes”, 1984), o Denny Miller, quien en 1959 hizo el “remake” de “Tarzan The Ape Man”.

Fuente: EFE