Autos, camiones y hasta buses quedaron enterrados en la calle o en algunas cocheras de estas casas. Cada huaico que cayó fue cubriendo con más arena las unidades. En el distrito de El Porvenir, La Libertad, hay cuadra enteras en las que las casas fueron sepultados. Todo lo que había en el primer piso quedó bajo tierra.

Las familias solo acceden a la segunda planta, a donde el agua también llegó durante el sexto huaico. Pese al peligro, los pobladores no quieren dejar sus casas. Denunciaron que los delincuentes roban las pocas pertenencias que recuperaron. La ayuda que llegó sería insuficiente, según los afectados.