Perú experimenta un importante retraso en la instalación de una serie de plantas generadoras de oxígeno medicinal para cubrir el gran déficit de este gas que padece en , cuantificado en más de 100 toneladas métricas cada día, al registrar un incremento en la demanda del 300 %.

Hasta ahora solo funcionan 5 de las 47 plantas (17 móviles y 30 fijas) que la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) se comprometió a proveer al Ministerio de Salud para ampliar la producción de oxígeno nacional.

A cambio, el Ministerio de Salud financió por adelantado el 50 % del coste de estas plantas, valoradas en 26,5 millones de dólares.

El convenio fue suscrito a finales de octubre, cuando la incidencia del coronavirus se encontraba en su momento más bajo desde el inicio de la pandemia.

Sin embargo, las plantas de oxígeno no llegaron a tiempo en su gran mayoría para atender la segunda ola, que el pasado viernes 12 de febrero alcanzó su pico máximo de muertes, el más alto de toda la pandemia en el país, que registra ya 46.000 decesos confirmados por covid-19.

La segunda ola también ha hecho romper el récord de hospitalizaciones con casi 15.000 camas ocupadas al mismo tiempo por pacientes de covid-19, de ellas más de 2.000 en unidades de cuidados intensivos al requerir ventilación mecánica.

Seguro social espera 12 plantas

Hay una docena de plantas de oxígeno pendientes todavía de entregar al Seguro Social de Salud (EsSalud), según advirtió este viernes la presidenta del Congreso, Mirtha Vásquez, en un oficio a la UNI tras reunirse con la presidenta EsSalud, Fiorella Molinelli.

La Facultad de Ingeniería Mecánica (FIM) de la UNI aseguró el jueves en un comunicado que, al haber recibido por adelantado la mitad del presupuesto para las 47 plantas contempladas en el convenio, solo están obligados a entregar 18.

Asimismo, indicaron que no recibieron el dinero hasta el 21 de enero, casi tres meses después de haber firmado el convenio con el Ministerio de Salud, por lo que no se hacen responsables de los retrasos.

Sin embargo, según el convenio, la UNI debía haber entregado las primeras 18 plantas a los 30 días del primer desembolso económico del Ministerio de Salud, es decir, el 21 de febrero, algo que incumplió ampliamente.

Pucallpa indefensa

Entre las distintas regiones del país donde están pendientes la llegada de estas plantas está Pucallpa, la capital de la región amazónica de Ucayali, cuyo obispo, Martín Quijano, manifestó a Efe su preocupación por los pocos avances en la ciudad para garantizar una mayor cobertura de oxígeno.

Hace meses ofrecieron que iban a poner tres plantas y ninguna está funcionando todavía. Una estaba a cargo de la UNI y su fecha de entrega era para el 16 de febrero pero ni siquiera está aquí”, lamentó Quijano.

El obispo del Vicariato Apostólico de Pucallpa advirtió que todos los distribuidores de oxígeno en la ciudad son privados y la mayoría de los familiares con pacientes de covid-19 está optando por ir hasta Aguaytía, a 200 kilómetros para recargar sus tanques.

Pucallpa no tiene con qué defenderse. La capacidad de reacción de las autoridades está lamentablemente muy lenta, o tal vez hay demasiado trámite burocrático o quizás algún otro problema”, señaló Quijano.

Falta de mantenimiento

A esta situación se suma que algunas plantas que fueron instaladas durante la primera ola de la pandemia se quedaron temporalmente sin operar por falta de mantenimiento.

Es el caso de las plantas instalada por la Iglesía en Iquitos, capital de la también región amazónica Loreto, vecina a Ucayali, donde bajo el liderazgo del padre Raymond Portelli se logró reunir más de un millón de soles (unos 274.000 dólares) en distintas colectas.

Las mafias también han entrado al mercado del oxígeno, amenazando a todos aquellos empresarios que venden el oxígeno a un precio razonable o lo distribuyen de manera gratuita, como al candidato a gobernador de Loreto, Juan Baldeón, a quien incendiaron su casa.

Frente a esta situación, son varias las empresas mineras que han donado oxígeno al Gobierno como Southern, filial del Grupo México, pero además está previsto para este fin de semana la primera importación de oxígeno desde Chile, que se ofreció a cooperar al contar con excedente.

Son casi 2.000 toneladas métricas de oxígeno las que Chile proveerá en esta momento crítico que hace que cunda la desesperación y muchos viajen centenares de kilómetros para hacer que sus familiares sigan respirando unas pocas horas más.

Con información de Efe