Tiene solo 8 años y su vida corre peligro por una travesura. El pequeño tragó sin querer una aguja para inflar pelotas, que se le ha incrustado cerca de los pulmones y amenaza con perforar sus órganos.

El pequeño fue abandonado por sus padres y el accidente ocurrió en un alejado pueblo de Huamachuco (La Libertad). En Trujillo, los médicos confirmaron que no pueden sacarle la aguja sin exponer su vida. El niño, quien vive con sus tíos, debe estar todo el tiempo con oxígeno y se espera que en Lima le retiren la aguja.

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