El Gobierno de Perú creó dos nuevas áreas naturales de conservación regional (ACR) en bosques de la , que en su conjunto abarcan cerca de 63.000 hectáreas, equivalente a dos veces el tamaño de Malta, anunció el Ministerio del Ambiente en un comunicado.

Las nuevas áreas, declaradas a perpetuidad, se encuentran en la norteña región de Amazonas bajo el nombre de “Vista Alegre Omia” y “Bosques Tropicales Estacionalmente Secos del Marañón”, que albergan especies únicas en el mundo y ecosistemas que benefician a la población de tres provincias.

“Vista Alegre Omia”, con una extensión de cerca de 49.000 hectáreas, tiene especies amenazadas propias de la selva montañosa que hay en la vertiente oriental de los Andes, así como bosques húmedos que contribuyen a la mitigación del cambio climático, tanto en la región de Amazonas como en la vecina región de San Martín.

Entre su fauna se encuentran 41 especies endémicas de flora, diez de aves, seis de mamíferos y seis de anfibios, consideradas únicas en el mundo, y que además habitan en un espacio altamente amenazado.

Junto al Bosque de Protección Alto Mayo y al área de conservación ambiental Huamanpata, “Vista Alegre Omia” compondrá un corredor biológico de fauna silvestre amenazada como el mono choro de cola amarilla, el venado enano y el armadillo peludo.

Por su parte, los “Bosques Tropicales Estacionalmente Secos del Marañón”, cuya superficie es de casi 14.000 hectáreas, está considerada un área única en el mundo por su alta concentración de especies endémicas.

Contiene diecisiete afluentes del río Marañón, importantes fuentes de agua y recursos para las poblaciones locales, y por sus paisajes tiene potencial para desarrollar actividades económicas sostenibles como el turismo de naturaleza, rural y vivencial.

Las áreas de conservación regional es una de las siete categorías de áreas naturales protegidas dentro de Perú y están administradas por los gobiernos regionales, con el apoyo y asesoría del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).

En ellas se permite el aprovechamiento y la extracción de recursos naturales siempre y cuando los usos y actividades que se desarrollen sean compatibles con la protección de la biodiversidad, la conservación de paisajes y especies en peligro de extinción y la preservación de ecosistemas y recursos genéticos.

Fuente: EFE