Bajo una enorme expectación llegaron este domingo a Perú las primeras 300.000 vacunas contra la COVID-19, un pequeño lote que ha supuesto una inyección de esperanza para el país, sumido en la segunda ola de la pandemia, y también para su Gobierno, desgastado por las críticas ante el retraso de este envío.
La llegada de las vacunas fue transmitida en horario de máxima audiencia por todos los principales canales nacionales de televisión, tanto el aterrizaje del avión que las traía como su traslado desde el aeropuerto hasta el almacén donde serán distribuidas para todo el país.
El extenso periplo de las vacunas a lo largo del planeta, desde que salieron el viernes de Pekín hasta que llegaron este domingo a Lima previa escala en París, fue seguido casi al milímetro en Perú, donde casi 18 de los 32 millones de habitantes del país están nuevamente confinados desde el pasado domingo.
En algunos barrios de la capital peruana se lanzaron fuegos artificiales y sonaron cacerolas desde las ventanas en señal de celebración y esperanza.
Con cerca de 1,2 millones de casos sintomáticos confirmados, de los que más de 42.000 han muerto, los peruanos llevaban meses esperando la llegada de las ansiadas vacunas, aunque buena parte de ellos sea escéptico sobre estos fármacos, pues según una reciente encuesta hecha en enero el 48 % no está dispuesto a ponérsela.
Custodiadas por mil policía
Una vez en tierra, las vacunas fueron custodiadas por un imponente y espectacular operativo de más de mil policías, una puesta en escena que sirvió al presidente interino, Francisco Sagasti, para inmunizarse de las críticas por el retraso y la gestión de un envío que el Gobierno había prometido para finales de enero.
El cargamento, un adelanto de los 38 millones de vacunas que Sinopharm suministrará a Perú, llegó con una semana de demora y con ayuda de un grupo de empresas privadas que dieron una mano financiera al Gobierno para acelerar las gestiones del envío.
No obstante, arribó una semana antes del 14 de febrero, la nueva fecha que había anunciado esta semana el Gobierno y que le costó fuertes críticas, especialmente por el dramático momento que vive el país en la segunda ola, con la mortalidad otra vez disparada, los hospitales desbordados y una grave escasez de oxígeno medicinal.
Las otras 700.000 dosis restantes llegarán en principio el próximo domingo, y a ellas deben seguirle otras 500.000 también en febrero y 1,5 millones en marzo.
Peruanos a “poner el hombro”
“Este es el comienzo de una tarea larga y difícil, que no solo es un desafío nuestro sino para todo el mundo”, advirtió Sagasti junto a sus ministros, todos a pie de pista delante de las cajas que conservaban refrigerados los inyectables recién descargados del avión.
El mandatario, que enfatizó el lema de “yo pongo el hombro” lanzado por su Ejecutivo para incentivar la vacunación, aseguró que “no quedará nadie sin vacunar” e insistió en que “el Gobierno de transición se ha comprometido a recuperar la confianza del pueblo peruano y a devolverle la esperanza”.
“Hemos sido testigos de los problemas que han enfrentado diferentes países. Nosotros hemos venido avanzando a paso firme y con tranquilidad, demostrando que somos un Gobierno que dice la verdad y las cosas como son”, sostuvo.
Así, el Gobierno espera iniciar la vacunación entre el martes y el miércoles, más de dos meses después de que se aplicase la primera vacuna contra la COVID-19 y más de un mes después de que hiciesen lo propio otros países de la región como Argentina, Chile y México.
Sagasti, el primero en vacunarse
El primero en vacunarse será el propio presidente Sagasti para promover la confianza en la población en las vacunas, pues el porcentaje de peruanos que no quiere vacunarse subió del 22 % de agosto de 2020 al 48 % del pasado enero.
“El presidente quería vacunarse al final, pero no es lógico. Él es el símbolo. Él tiene que vacunarse antes que cualquiera de nosotros y luego todo el personal de salud, y después el resto”, aseguró el sábado la ministra de Salud, Pilar Mazzetti.
“Tenemos que tener un símbolo que represente a todos los peruanos y tiene que ser el presidente la primera persona en vacunarse como una demostración de que la vacuna nos ayudará a todos”, añadió.
Al mandatario, de 72 años, le seguirá inmediatamente el personal sanitario que está en primera línea de la pandemia, un total de 420.000 profesionales de la salud a los que prácticamente irá destinado el primer millón de dosis, pues se requieren dos aplicaciones del fármaco de Sinopharm para lograr la inmunidad.
Saltarse el orden tendrá sanción
Cuando las vacunas ya estaban en camino no han faltado las autoridades que han levantado la voz para reclamar que se les incluya en el grupo más urgente pero la primera ministra, Violeta Bermúdez, anunció sanciones para quienes se salten el orden. “Tiene que quedar claro que es un delito su mal uso”, apuntó.
Además de los 38 millones de vacunas que proveerá Sinopharm a Perú, el Ejecutivo también ha concretado acuerdos para obtener 20 millones de vacunas de Pfizer y 14 millones de AstraZeneca, además de las 13,3 millones de dosis que suministrará la iniciativa multilateral Covax.
Pese a que no hay fecha concreta para la llegada de estos lotes, el Gobierno confía en recibir las primeras dosis durante el primer trimestre de 2021 mientras continúa en negociaciones para cerrar otros acuerdos con empresas como Sinovac, Novavac, Curevac o Johnson & Jhonson.
Con información de EFE