Una de las amenazas que sufre la región donde se encuentra la Ciudad Blanca de Dios es la deforestación. Es que miles de hectáreas están sufriendo una tala total que pondría en peligro los tesoros precolombinos.

“Si no hacemos algo ahora, la mayoría de esta jungla y valle desaparecerán en ocho años”, dijo Virgilio Paredes Trapero, director del IAHH. “Necesitamos apoyo internacional. El gobierno de Honduras no tiene dinero suficiente para frenar esto”, agregó.

La localización exacta del lugar se hizo posible gracias a un escaner de última tecnología que identificó movimientos no naturales en la zona buscada. Esa zona ya había sido explorada por un científico norteamericano en la década de 1940.

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Sin embargo, en aquella oportunidad, Theodore Morde no pudo dar las coordenadas exactas del lugar donde aseguró haber dado con la Ciudad Blanca. Morde retornó a Mosquitia, el pueblo más cercano al lugar, con cientos de artefactos como prueba de su hallazgo.

Al poco tiempo, el excéntrico explorador se quitaría la vida, sin revelar dónde quedaba el mayor tesoro arqueológico de América.

Según explicita National Geographic en su sitio, el objeto más impactante hallado en ese lugar es la figura de un “hombre-jaguar”. Los estudios finales aún no determinaron de qué se trata esta figura, pero a priori se cree que podría tratarse de un brujo en estado de trance.

El Instituto de Antropología e Historia de Honduras (IAHH) cree que los objetos son de los años 1.000 y 1.400 después de Cristo.

Fuente: Infobae.com