En su presentación ante el Congreso, la exministra de Relaciones Exteriores, Elizabeth Astete se reafirmó en que se vacunó contra el de forma irregular tras habérselo comunicado al presidente Francisco Sagasti; en tanto que Pilar Mazzetti, extitular de Salud, aseguró que su decisión para inmunizarse con la dosis de Sinopharm fue estrictamente personal.

Ambas comparecieron ante la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales por el caso ‘Vacunagate’ donde ellas, además del expresidente Martín Vizcarra y un número importante de funcionarios, científicos, médicos y empresarios se vacunaron a espaldas de la población contra la COVID-19 con las dosis de la farmacéutica china.

En su momento, Astete reiteró su versión inicial en que decidió aplicarse la dosis china no sin ante informarle sobre su decisión, personalmente, al primer mandatario Francisco Sagasti (aunque el Jefe de Estado ha asegurado que no tuvo información de ningún tipo que funcionario alguno de su Gobierno se hubiese vacunado).

“El momento en que le hablé al presidente le expliqué las razones por las cuales estaba considerando vacunarme, él me miró fijamente y asintió. En ningún momento vi un gesto de desaprobación. Yo salí convencida de Palacio que contaba con el consentimiento, la anuencia del presidente de la República”, destacó la exministra de Relaciones Exteriores.

En ese sentido, Astete refirió que en la Cancillería se sabían que quedaban dosis de Sinopharm provenientes del ensayo clínico, mas aseguró no tener conocimiento alguno de las llamadas como “vacunas de cortesía”.

Ante esto, la primera ministra, Violeta Bermúdez utilizó su cuenta de Twitter en la cual asegura que la versión de Astete no condice con la realidad:

“Niego la afirmación de la exministra Astete. No nos informó de su vacunación irregular, de la que nos enteramos el 14 de febrero cuando nos presentó su renuncia. Nunca le sugerí que guardase la reserva de nada, por el contrario, al enterarnos le aceptamos inmediatamente su renuncia”.

Por su parte, Pilar Mazzetti aseguró que ningún funcionario (del Ministerio de Salud o de otra cartera) le ofreció vacunarse contra la COVID-19, todo lo contrario, se reafirmó en que dicha acción fue una decisión netamente personal el cual calificó como el peor error de su carrera política.

“La decisión de vacunarme fue propia. Nadie ha influido en mí. Ninguna empresa ha influido. Fue una decisión propia, motivada por la situación tan compleja en la que estamos viviendo, con una cantidad importante de funcionarios que estaban enfermando en el despacho ministerial”, aseguró la exjefa del Minsa.