En el distrito de San Martín de Porres (SMP), un sujeto, en presunto estado de ebriedad, tiene dos cuchillos en ambas manos y en actitud desafiante amenaza a un agente de la Policía Nacional que está frente a él, a pocos metros.
“Mátame pues”, grita Víctor Dorremori Fernández, de 50 años, y avanza un paso, fatal. En ese momento, el policía Carlos Quijandría le dispara a una de las piernas, el sujeto cae y se escucha una voz que le suplica al oficial que no dispare y ruega, también, que el caído suelte los cuchillos.
Los agentes de la Policía Nacional llegaron al lugar tras un llamado por los disturbios que habría estado generando Víctor Dorremori. Los vecinos de la zona, sin embargo, critican el accionar del policía: porque no hubo disparo disuasivo y porque, según indican, el tiro lo habría hecho desde el patrullero.
¿Hizo bien? Para Máximo Ramírez, exdirector de Defensa Legal de la PNP, lo que hizo el oficial Quijandría es lo correcto, porque ante el inminente ataque del sujeto con los cuchillos, y al ver su integridad comprometida, disparó en la zona baja y no a matar.
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