La irresponsabilidad de los pandilleros cobró la vida de un niño de 10 años, que falleció al pisar una bomba rudimientaria dejada en una loza deportiva del asentamiento humano Arenal Alto, en San Juan de Lurigancho.

El hecho ocurrió la noche del martes, cuando José salió a comprar salchipapas para su familia, de regreso pisó el artefacto explosivo y voló por los aires.

Su padre, Raúl Delgado Chinchay, lo llevó al hospital Aurelio Díaz Ufano pero los médicos solo certificaron su deceso.

Los vecinos de la zona denunciaron que no es la primera vez que los pandilleros dejan este tipo de artefactos. “Siempre dejan machetes, cuchillos, ya estamos hartos”, dijo una pobladora.