Muchas veces los gritos y gestos remplazan la conversación entre los adolescentes y sus padres en la mayoría de nuestros hogares, siendo una amenaza muy fuerte para que los menores inicien una vida sexual prematura y otras adicciones, como los juegos de la ‘ruleta sexual’, las llamadas ‘peras’ o ‘botella borracha’.

Ximena Castro, psicoterapeuta y directora psique de la Clínica de las Emociones, señaló a Peru.com que la principal causa para esta generación de muchachos es la desintegración familiar; con esto enfrentan retos que van más allá de sus fuerzas.

“Llega a una edad donde la sexualidad llega a un punto importante del adolescente, que es conocerse y sentirse uno mismo, la masturbación, las relaciones sexuales se juntan con una necesidad de afecto”, manifestó.

Explicó que esta necesidad de afecto, cariño en su entorno viene de mucho tiempo atrás. “Esa necesidad de importarle a alguien más y sentirse querida, amada, bella tiene un pasado. Lo malo es que esa necesidad es un bomba de tiempo que cuando explota, puede ser muy peligrosa, que puede convertirse en un desborde total de la sexualidad”, manifestó.

“Hemos visto que los muchachos se encuentran en serios problemas y que muchos de

ellos experimentan presiones emocionales que contribuyen a la violencia, a la actividad sexual prematura y a otras formas de comportamiento rebelde”, dijo.

Finalmente, recomendó que los padres de familia no se deben de cegar y que son ellos quienes deben acompañar en este proceso de desarrollo, crecimiento. “Los padres se tienen que dar cuenta que los niños no siempre van a ser niños, que cambian, crecen, sienten, viven por lo que deben estar junto a ellos siempre, aconsejándolos. La comunicación y comprensión es base de una buena relación entre padre e hijo”, anotó.

Por: Elizanyela Bellido (@aleyna_bell)