Rosita Vílchez, la peruana más buscada por el FBI, se defendió desde la clandestinidad y aseguró ser inocente. Desde la clandestinidad exigió pruebas a las autoridades estadounidenses de los fraudes que dicen cometió.

En declaraciones a Domingo al Día, dijo que permanecerá “a buen recaudo” por recomendación de sus abogados.

Vílchez es acusada de fraude bancario en Virginia por instruir a sus empleados de la corredora Vílchez y Asociados de recomendar a sus clientes valerse de documentos falsos a fin de conseguir créditos hipotecarios en distintas entidades bancarias.

“Yo soy la mujer más buscada en Perú. Pero estoy a buen recaudo porque es la recomendación de mis abogados. Emplazo al gobierno norteamericano que presente una sola prueba en mi contra, un testimonio no sirve, ¿a quien estafé? ¿dónde están las pruebas?”, remarcó.

Sostuvo que deberían buscar a su socio Hernán Escudero quien hoy está libre y señaló que dos testigos fueron obligados a declarar en su contra, uno de ellos bajo amenaza de ser deportado.