Walter Arenas, padre de Marco Arenas, abrió las puertas de su casa en La Molina, donde murió asesinada la empresaria panadera Rosa María Castillo y mostró cada rincón del hogar que le trae tantos recuerdos.
Elizabeth Carmona, defensa de Arenas, mantiene ahora más que nunca viva la teoría que Fernanda Lora, enamorada de Marco, no fue ajena al crimen, sino que desde abajo habría dado la orden como autora intelectual del crimen.
Niega que Lora haya pisado solo seis veces la casa. Afirma que disponía libremente de esta, informó América Noticias.