Un fotógrafo de Peru.com captó el preciso momento en que los trabajadores recibían agua y otros enseres en pequeños baldes de pintura, los cuales llegaban a sus manos a través de sogas. En el local se encuentran niños, mujeres y ancianos.

La comuna capitalina ordenó la clausura de dicho centro de abastos y la Policía Nacional y el serenazgo de Lima resguardan la zona ante cualquier eventualidad. Incluso, en los últimos días algunos comerciantes han abandonado el local.