El , quien el domingo concluyó sus actividades pastorales en el Perú, se despidió de los peruanos, diciéndoles que los lleva en el corazón, y que su visita ha dejado una huella en él, por lo que agradeció a todos los que hicieron posible su viaje.

Recordó que en su primer mensaje de peregrinación en suelo peruano, consideró a nuestro país como una tierra de esperanza, por la biodiversidad que la compone y la belleza de una geografía capaz de ayudar, según dijo, a descubrir la presencia de Dios.

En ese sentido, se refirió al Perú como “tierra de esperanza por la riqueza de sus tradiciones y costumbres que han marcado el alma de este pueblo”, y por los jóvenes, los cuales, refirió, no son el futuro, sino el presente del país.

En la mañana del domingo, el papa Francisco estuvo en la iglesia de Las Nazarenas, sede del santuario del Señor de los Milagros, donde abrió sus actividades del último día de su visita a Perú.

Luego, se dirigió a la Catedral de Lima, en donde oró ante las reliquias de los santos peruanos, y posteriormente se encontró con los obispos en el Palacio Arzobispal.

Después, dio el Ángelus en la Plaza Mayor, almorzó con el séquito papal en la Nunciatura Apostólica y finalmente ofició la misa en la base aérea , para luego regresar a Roma.