En medio del dolor, comentó que no dudó un instante en trasladarse a la zona, pues quería colaborar con la búsqueda, en vista que habían pasado cuatro días desde el ataque contra las fuerzas del orden y no tenía noticias de su hijo.

“Al no saber nada, ni tener información sobre mi hijo, desconocía lo que había sucedido o si estaba perdido. El director de la Policía (Raúl Salazar) autorizó que me llevaran a Kiteni en avión. Me apoyaron con eso y con el hospedaje”, detalló a la prensa.

Incluso, Vilca narró que en la ciudad de Lima había mandado a imprimir volantes con la foto y los datos de César, los cuales llevó consigo a Kiteni para repartirlos entre la población y pegarlos hasta en árboles.

“Repartí los volantes entre las comunidades nativas e indígenas y eso me valió porque quizás el joven que nos ayudó a encontrar a mi hijo tuvo como referencia la imagen que estaba impresa en el volante”, destacó.

Don Dionisio agregó que hasta tuvo que comprometer la ayuda de la población del lugar, ofreciendo una recompensa de 40 mil soles para quien colaborara con la búsqueda y diera luces del paradero de su hijo.

Después de una larga búsqueda, él y los dos comuneros que lo apoyaron hallaron un cuerpo que, pese a su avanzado estado de descomposición y a las múltiples lesiones y deformaciones, fue reconocido de inmediato.