Un niño que se extravió debido a las largas colas y los correteos para ingresar al convento Santa Rosa de Lima fue ubicado por la Policía Nacional y entregado a su abuela.

El pequeño Manuel, visiblemente asustado, abrazó a doña Demetria Ruba, quien lo tenía a su cargo y que, como todos los años, acude a orar al santuario en la avenida Tacna.

La cantidad de gente va en aumento en el recinto religioso. Incluso, conforme se ingresa al santuario, se acelera el paso, lo que genera que los adultos apuren a los más pequeños, produciéndose incidentes como el mencionado.