La banda ‘Injertos de Loreto y Renova’ logró reunir a los delincuentes juveniles más violentos del Callao y La Victoria.
La edad promedio de sus miembros no superaba los 23 años de edad y fue la protagonista de un verano infernal en el que lograron violar la tranquilidad de una docena de locales antes que la policía capture a la mayoría de sus integrantes.
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El 31 de diciembre del 2014, poco antes del año nuevo, cuando durante uno de sus asaltos liquidaron de cinco balazos, por intentar repeler el atraco a la pollería El Corralito, del Cercado de Lima, al comandante de la Policía de 51 años, Pedro Guerrero, estos Injertos inauguraban una temporada de terror.
La banda alcanzó un alarmante auge cuando empezó a incursionar en reconocidos restaurantes miraflorinos como El Diez y Gianfranco, y las imágenes de las cámaras de seguridad de dichos locales revelaron, como pocas veces, la frialdad con que ejecutaban sus fechorías.