Marco Arenas Castillo, hijo adoptivo de la empresaria María Castillo, confesó ante las autoridades cómo la mató y desapareció su cuerpo.

Según su manifestación policial, el martes 5 de noviembre sus padres ingresaron a su cuarto para reclamarle por la desaparición de unas joyas. La conversación se tornó difícil, ya que no era la primera vez que Arenas robaba algo de su vivienda.

Horas después, el muchacho fue a recoger a su enamorada, Fernanda Lora Paz, y juntos regresaron a su vivienda, ahí intentaron hablar con la empresaria, pero ella se negó. Esta decisión lo enfureció.

Es así que lleno de ira mandó a su enamorada a una habitación e ingresó a la de su madre, ahí le aplicó una llave de artes marciales, hasta estrangularla. “Al parecer le rompí el cuello porque se cayó a mis pies”, habría dicho el joven.

Al percatarse del crimen, salió del cuarto y junto a su enamorada llevaron el cuerpo a su camioneta y limpiaron la escena del crimen. Él se fue a un grifo a comprar kerosene y ella a tomar desayuno.

Posteriormente, Marco Arenas quemó el cuerpo con la “intención de que nunca sea encontrada” y lo enterró en un descampado de Manchay. Lo que llamó la atención de las autoridades, es que después de esto, ambos jóvenes se fueron a una clase de baile.