El congresista peruano Manuel Merino rompió este domingo su silencio tras haber renunciado hace una semana a la jefatura de Estado para asegurar que no fue “un presidente usurpador ni golpista” y decir que si aceptó dimitir al cargo fue para evitar que se mantenga “el caos y la violencia” en su país.
“No fui un presidente usurpador ni golpista. Si di un paso al costado fue para impedir que aquellos que buscaban el caos y la violencia logren sus objetivos con más sangre”, indicó el exgobernante en un mensaje que fue difundido por medios locales.
Merino agregó que guardó silencio durante la última semana “para evitar cualquier perturbación al recambio constitucional” que permitió que le reemplace el también legislador Francisco Sagasti, ya que le interesa “que se consolide la democracia y la tranquilidad” en Perú.
Defensa de la policía
El exmandatario afirmó que no ejerció el gobierno “para causar la muerte a la población, ni tampoco para manipular a las fuerzas del orden”, que la semana pasada reprimieron duramente las masivas protestas ciudadanas contra el breve régimen que presidió.
A pesar de que la represión de las manifestaciones dejó dos estudiantes fallecidos y decenas de heridos en Lima, Merino aseguró que a la Policía “hoy también se le quiere involucrar y desprestigiar” y es “satanizada y acusada de una brutal represión”.
“Mi homenaje y gratitud a la Policía Nacional del Perú, como siempre lo he dicho. Los hechos que causaron las muertes y los heridos que todos lamentamos tienen que ser investigados profundamente para determinar las responsabilidades de cada uno de ellos”, enfatizó.
Por estos casos la Fiscalía de Perú ya ha abierto una investigación contra Merino, su primer ministro, Ántero Flores-Aráoz, su ministro del Interior, Gastón Rodríguez, y altos mandos policiales, por “graves violaciones de derechos humanos”.
Merino declaró, al respecto, que “los mandos y protocolos” de la actuación policial ya estaban establecidos cuando asumió la presidencia, el 10 de noviembre, y añadió que le “queda la sensación de que existieron manos oscuras que tuvieron por intereses provocar la violencia, el caos, la muerte, para culpar al gobierno de turno”.
Crisis social
El expresidente también dijo que entiende que “para la coyuntura” que afronta su país la designación de un presidente de transición “llevara a una crisis social”, pero defendió que “ese fue el proceso legal que exigió la Constitución ante los actos revelados que pusieron en cuestionamiento la integridad moral del presidente Martín Vizcarra”.
Este gobernante fue destituido el pasado 9 de noviembre por el Congreso por “incapacidad moral” después de que se revelaran testimonios, aún no aceptados plenamente por la Justicia, que lo vinculan con presuntos actos de corrupción.
Al respecto, Merino recordó que Vizcarra fue destituido con los votos de 105 legisladores y que se cumplieron “los mecanismos ya establecidos por la carta constitucional” y, por tanto, esa decisión, que al día siguiente lo llevó a la presidencia, “fue legítima en su proceso, fondo y forma”.
Reconocimiento a exministros
El exmandatario también manifestó su “reconocimiento” a Flores-Aráoz y a los ministros que conformaron su gabinete “en una de las mayores crisis que atravesaba el país”.
“Pero eso sí digo, muy pronto las cosas quedarán esclarecidas, y no solo la historia juzgara, también la justicia”, remarcó antes de agregar que durante su breve mandato firmó una ley que fortalece a los gobiernos regionales y otra ley que permite a los trabajadores cobrar dinero de sus fondos de pensiones.
Antes de finalizar, Merino pidió al Partido Morado, en el que milita Sagasti, que retire su fórmula presidencial de los comicios generales de abril del próximo año “para que de esta manera se garantice el desarrollo un proceso electoral neutral y transparente” en Perú.
Con información de EFE