En su diario personal, el suboficial de la Policía Nacional Luis Astuquillca contó detalles de los momentos que vivió junto a su fallecido compañero César Vilca, cuando estaban perdidos en la selva del Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE), ocultándose de los senderistas.

Reveló que, cuando estaba en la selva junto a César Vilca (quien se encontraba herido), vieron pasar a un helicóptero del Ejército cerca, pero siguió de largo.

“Lancé una bomba lacrimógena para que nos viera. También le hice señales con mi camelback (una mochila para transportar agua) y saltaba gritando… Pero el helicóptero se fue de frente. No lo podía creer. “Seguro no nos han visto”, me dijo Vilca. “Quizás, por la espesura de la selva”, contesté”, escribió el suboficial en su diario.

Luego manifestó que hubo un momento en el que Vilca le pidió agua, por lo que Astuquillca tuvo que buscar el cadáver de su otro compañero, Lander Tamani, fallecido en un ataque de Sendero Luminoso, ya que este tenía su camelback. Sin embargo, el cuerpo del suboficial había desaparecido.

“’¡Camachin!, Tamani ya no está, parece que los terroristas se llevaron su cuerpo’, le conté con angustia a Vilca’”, relató Astuquillca.

“En esos momentos me sentí impotente. Quería llorar, pero me contuve al ver que Vilca seguía sangrando profusamente. No quería que mi compañero entrara en pánico. Necesitaba de mi fortaleza, de mi valor, de mi energía”, continuó en su diario.

Agregó que su ‘promoción’ (como llamaba Astuquillca a Vilca), buscó tranquilizarlo: “Camachín, no te culpes. Las cosas pasan por algo”, le dijo. Más tarde, indicó, comenzó a llover, por lo que pudo dar de beber al suboficial herido.

Fuente: La República