Miles de ciudadanos de Venezuela salen a diario no solo a vender arepas, bombas y dulces de su país en toda Lima, sino que también salen con el temor de que cuando las personas se acerquen a comprar sus productos, ellas puedan ser víctimas de acoso.
Un informe periodístico de ‘Reporte Semanal’ mostró testimonios de algunas ciudadanas venezolanas que han sufrido acoso y recibido propuestas indecentes por parte de sujetos pervertidos en las calles limeñas.
Muchas recorren las calles de toda Lima Metropolitana con la mirada desconfiada y hasta han tenido que cambiar su manera de vestir, en un intento de evitar algún tipo de acoso.
“Te dicen: “Te compro las arepas y te tomas unas copas conmigo” o “qué haces vendiendo acá”. Me ofrecieron bastante. Me dicen que me pueden dar más, pero no, mi trabajo es honrado”, dice Margie, una de las ciudadanas venezolanas que han tenido que soportar comentarios desagradables de depravados.
Margie, que a sus 37 años trabaja para sus nietos, junto a sus compañeras afrontan a diario esta molestia, de que algún sujeto les falte el respeto.
“A veces uno se siente apenada, avergonzada. Aquí estamos trabajando humildemente. No estamos trabajando hombres. Les pedimos que respeten, porque nosotros venimos a trabajar (…), porque no tenemos la culpa de lo que está pasando en nuestro país”, agregó.
“Piensan que nosotros las venezolanas somos fáciles, pero no es así. Que no nos confundan, porque todas no somos iguales”, contó otra venezolana.
Testimonio de las venezolanas:
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