. ya vive los carnavales, una de las fiestas más importantes y tradicionales del distrito y que va del 2 al 14 de febrero con un programa nutrido de actividades, incluye los coloridos pasacalles, corsos, danzas, cantos, gastronomía, mojadas, yunzas, corta montes, misas, procesiones y juegos artificiales.

La particularidad de esta festividad – que llena de algarabía a esta población sureña- es el enfrentamiento, el duelo que se produce entre los de arriba y los de abajo, vale decir de los Bajeños y los Ribeños, dos grupos del pueblo de Lurín y cuya afiliación es hereditaria y mantiene viva la tradicional celebración que este año apunta a lograr trascender las fronteras.

“Nuestro objetivo como comuna es lograr la internacionalización de esta festividad, ya hemos hecho las coordinaciones con el Mincetur para lograrlo, tenemos todos los ingredientes para captar la atención de quienes gustan de este tipo de festividades tradicionales”, indicó el teniente alcalde de la Municipalidad de Lurín.

“Esperamos recibir más de cuatrocientos mil personas en todo el tiempo que se extienda la festividad, estamos preparados tanto en hospedaje como en seguridad”, agregó.

el contrapunto

La primera semana le corresponde a los Bajeños (HURIN). Los primeros días de febrero realizan una romería en homenaje a sus socios fallecidos, misa en su honor y adoración al santísimo Corpus Christi.

El domingo 4 de febrero se lleva a cabo la tradicional “mojada” por las calles de Lurín cercado, con la participación de los socios e invitados, quienes bailan y cantan al compás de una banda de músicos y son agasajados con bebidas, comida y a la vez van pintándose con temperas, talco y bañándose con baldes y globos con agua.

Por la noche, se llevará a cabo la misa en honor al patrón de los bajeños, el Corpus Christi, para luego realizar el recorrido procesional por las principales calles del distrito y finalizar con la quema de un hermoso castillo y bombardas.

El 5 de febrero con el pasacalle infantil y la gran verbena artística en el Estadio Municipal “Guadulfo Silva Carbajal”. El día 6 de febrero con la tradicional Yunza Bajeña contando con la presentación de los mejores grupos del momento.

Finalizando las fiestas de Bajeños el 7 de febrero con la salida del Ño Carnavalón, con comparsas, carros alegóricos, disfraces, al ritmo de banda de músicos y batucada, terminando en la Plaza de Armas con la quema del muñeco y de un castillo.

no se quedan atrás

Los Ribeños no quieren quedarse rezagados y ellos a partir del 8 de febrero toman la batuta de la festividad. Lo hacen con la bajada de la virgen María de Guadalupe, patrona de la diócesis de Lurín.

El 9 febrero es la misa en la iglesia ubicada en la Plaza Mayor, el 10 de febrero se realiza el Gran Corso, con la participación de los pobladores, quienes van ataviados con disfraces, serpentinas, banda de músicos por las diferentes calles del distrito. La participación de los niños se pone en evidencia el 11 de febrero con un gran y colorido corso infantil.

El 12 de febrero es la verbena artística. El 13 de febrero es la yunza y show central en el estadio de Lurín con grupos nacionales e internacionales como los 4 de Cuba, Deyvis Orozco y La Gran Orquesta. La fiesta es gratuita. El 14 de febrero se concluye con la quema del Ñocarnavalón.

breve reseña histórica

Mencionar los carnavales, es referirnos a una costumbre ancestral, la de los ANAN (sector de arriba) y los HURIN (sector de abajo); existente desde tiempos prehispánicos en el mundo andino. En nuestro caso, “en todo el litoral, Lurín se relacionaba con el mar, la orilla y la playa, e indicaba la franja de tierras bajas en relación con la cordillera y las quebradas. Debido a la configuración del Valle y a su topografía” (María Rostworoski).

Los que introdujeron y permitieron los carnavales fueron los curas doctrineros y misioneros, como una forma de adoctrinamiento dentro de ese sincretismo religioso, de la mezcla de lo pagano y lo divino, valiéndose de las costumbres locales celebradas por ambos grupos, para introducir la veneración a la Virgen María de Guadalupe y el santísimo Corpus Christi.

El carnaval se constituyó en una fiesta popular celebrada días antes al miércoles de Ceniza, principio de los desayunos cuaresmales. Los Ribeños (ANAN) se colocaron bajo la advocación de Virgen María de Guadalupe y los Bajeños (HURIN) con el Corpus Christi.

Dentro del programa carnavalesco destacan las tradicionales Yunzas. En la víspera o en la mañana del citado día martes, anterior al miércoles de ceniza los encargados de la fiesta Ribeños y Bajeños plantan su árbol en el lugar designado; lo adornan con banderolas, frutas, confites, panes, etc.

Y por la noche empieza la fiesta danzando al son de la típica melodía del huachigualito, huachigualón en torno al árbol, cada uno de los participantes, empiezan a lanzar hachazos al árbol hasta tumbarlo. Una vez caído el árbol las personas se abalanzan sobre él para coger los objetos amarrados en sus ramas.

El contrapunto o competencia entre Ribeños y Bajeños, se pone en manifiesto no solo en la celebración de carnavales con las famosas “Yunzas”, sino también con el paseo del “Ño Carnavalón”.

Por tal motivo, vivir los carnavales en Lurín es tradición, donde los Bajeños y Ribeños, como ya es costumbre realizarán una fiesta y espectáculo que cualquier otro distrito quisiera imitar.