Según expertos del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), este problema es generado por las bocinas de autos, micros y buses, así como el fuerte sonido de las construcciones, megáfonos, parlantes y otros.

“El ruido excesivo ocasiona trastornos de sueño que luego causa fatiga y un mal rendimiento en el trabajo. También aumenta la agresividad y los dolores de cabeza”, anotaron. En el caso de los niños, reduce su capacidad de concentración y afecta su rendimiento escolar.

Uno de los lugares con mayor nivel de contaminación sonora se encuentra en el cruce de la avenida Abancay y el jirón Cusco, pues según OEFA el nivel de ruido alcanza hasta 81,7 decibeles.

La Plaza Bolognesi es otro punto de la ciudad que presenta un alto índice de contaminación sonora. Aquí los limeños deben soportar hasta los 78.3 decibeles producidos por el tránsito vehicular.

También lo es la intersección de las avenidas Javier Prado y Petit Thouars, pues la congestión vehicular y el sonido de las bocinas registran un nivel de 78,8 decibeles.

Los expertos de OEFA sostuvieron que es fundamental no perder de vista elementos que nos son muy comunes en la vida diaria: los audífonos de celulares o reproductores de audio, cuyo uso constante, a niveles muy altos, puede ocasionar una sordera temprana.

Los especialistas recomendaron a las personas que exijan a los choferes de los vehículos de transporte público que bajen el volumen de la radio, que eviten tocar la bocina con insistencia, y hacer lo mismo con los ambulantes que perifonean utilizando parlantes.

Fuente: Agencia Andina