El 5 de febrero de 1975 la huelga de policías generó algo poco visto en hasta ese momento: vandalismo desenfrenado, violencia por doquier, saqueos e incendios provocados por turbas bajo sin ningún control.

Las turbas atentaron contra varios inmuebles, resultando entre los más afectados los edificios de los diarios “Ojo” y “Correo”. Asimismo se reportaron que varios autos y camionetas fueron volteadas e incendiadas por los vándalos.

Según el Diario El Comercio, la violencia se desató en varios puntos de la ciudad y por ello el gobierno del general Juan Velasco Alvarado decretó el estado de emergencia y, por lo tanto, la salida de las Fuerzas Armadas para que retomen el control de la ciudad.

Como era de esperarse, el Ejército reprimió a los vándalos y poco a poco comenzó a normalizarse la ciudad. Ello producto también del toque de queda en Lima y Callao, pues no se permitía el tránsito de personas entre las 8 de la noche hasta las 5 de la mañana.

Luego de estos terribles hechos de violencia, los policías fueron retomando paulatinamente su labores.

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