En los terremotos ocurridos en California en 1989 y 1994, Japón en 1995 y 2011, y en Chile en 2010, en todos esos casos se dañaron los sistemas de agua y alcantarillado y se quedaron sin agua por varios días, semanas hasta meses, en las situaciones extremas.

También hubo corte de energía, en todos los casos, por horas o días, lo que ocasionó que se paralizaran todas las actividades. La pregunta que nos hacemos los peruanos es: ¿qué le ocurriría a los 10 millones de habitantes de Lima Metropolitana si nos quedáramos sin agua por varios días o unas pocas semanas, y sin energía eléctrica por varias horas o días?

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En el reciente terremoto de Nepal, así como en los terremotos de California, Japón y Chile, el problema más crítico fue la falta de agua y, por eso, es, el aspecto prioritario por resolver y fue la razón de ser de la exposición y premiación a cargo de la empresa Mexichem Perú, al reconocido ingeniero Julio Kuroiwa, quien ha realizado estudios constantes de cómo proteger los sistemas de agua y alcantarillado desde 1996.

El experto afirma que nuestro país no será un Nepal, pero hace un llamado a las empresas encargadas de los armados en tuberías e infraestructura subterránea que utilicen materiales con alta capacidad de resistencia en casos de desastres ya que nuestra ciudad podría quedar desabastecida por un tiempo prolongado sin el servicio de agua.

“Perú no será Nepal si logramos mejorar el sistema de tuberías y alcantarillado de Lima Metropolitana”, afirma Kuroiwa. Por otro lado, hizo hincapié en el peligro que existe en las zonas como Lima Sur, Lima Norte y Callao, las cuales serían las más afectadas luego de un desastre natural. “Un ejemplo claro de esta vulnerabilidad se puede ver también en el terremoto de Japón ocurrido en el año 2011, donde llegaron a colapsar las tuberías, generando desabastecimiento de agua en diversos sectores donde los cimientos no eran estables”, dijo.

Dentro de la exposición realizada por el ingeniero, recomendó a las autoridades especializadas atender La Atarjea de Lima para evitar grandes daños que pueden suscitarse en casos de un fuerte sismo. Lo mejor sería conseguir implementos de calidad para reforzar las zonas abastecedoras de agua, afirmó el especialista.