Refirió que los restos del can recibirán los honores correspondientes, tras lo cual serán cremados y sus cenizas reposarán en una urna en el Departamento de la Policía Canina.

Lay Fun se hizo célebre luego de matar a un ladrón en el 2006, tras lo cual estuvo a punto de ser sacrificado. Sin embargo, la Policía demostró que el animal podía rehabilitarse.

Así, el rottweiler pasó a manos de la Policía Canina, que se quedó con su custodia. Prestó servicios en seguridad ciudadana y en 2011 pasó al retiro debido a su avanzada edad.