El radar de la base aérea Las Palmas indicaba que la avioneta Diamond en la que viajaban llegaba a los 16,500 pies de altura. La tragedia se produjo cuando atravesaba Los Andes, a la altura de Chicla, en Huarochirí.

Habían despegado media hora antes desde el aeródromo Lib Mandi de San Bartolo. Braedt (47) piloteaba, ‘Titi’ (45) era su único pasajero. Se dirigían al distrito de San Ramón, en Junín, donde ambos tenían intereses comunes.

Esa mañana, tras ese último registro en Las Palmas, la avioneta Diamond desapareció del radar en Surco. Testigos en el poblado de Chicla, a la altura del kilómetro 130 de la Carretera Central, hablan de una “bola de fuego” cayendo desde el cielo esa mañana.

La Junta Investigadora de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC) explica que la avioneta Diamond perdió contacto con la torre de control de Las Palmas a las 9:45 a.m. del jueves 11.

Los reportes de clima indicaban cielo despejado y viento óptimo. Braedt conocía bien el trayecto hasta San Ramón. Así lo confirma su profesor en Lima, el capitán Christophe Laudrin. Lo había atravesado dos veces con anterioridad en medio de nubosidad y aguaceros.

En comparación, esta vez las condiciones eran perfectas. Braedt practicó una maniobra de manual en vuelos cortos: empalmó desde el aire con la silueta de la Carretera Central. Esto le era útil porque, en caso de emergencia, ahí podrían aterrizar.

Laudrin sostiene la teoría de que la avioneta sufrió un desperfecto mecánico. Probablemente, la hélice frontal dejó de girar y el descenso se hizo inevitable.

La carretera en ese tramo está rodeada de cables eléctricos y la superficie abunda en baches. Desde 16,500 pies de altura, asegura Laudrin, es imposible adivinarlo.

Braedt, deduce Laudrin, aprovechó la única opción a la vista: un aterrizaje forzoso. La avioneta se estrelló en la Carretera Central cuando llevaba 40 minutos en el aire con los tanques de gasolina casi a tope.

Fuente: Caretas