En la misiva, el asesino habla de su abogado, José Luis Jiménez. “Me dijo que mi mejor opción era optar por la confesión anticipada y que si podía conseguir 75 mil dólares para pagarle a los jueces. Por lo menos a uno de ellos, así podría conseguir la mínima sentencia”, expresó.

Asimismo, agrega que Jiménez le dijo que si los jueces querían podían darle menos años de sentencia, pero que debería considerarse contento con una pena de 15 años. Señaló que, con ayuda de una sola persona, logró tener el dinero para Jiménez.

“Le dije a Mary Hamer (su benefactora) que el dinero era para la fianza, lo que no era cierto, pero temía que si le decía la verdad, quizás no me ayudase”, agregó.

Van der Sloot indicó que confió en su abogado. “La siguiente vez que comparecí ante la sala acepté la conclusión anticipada pensando que todo ya estaba arreglado, y suspendieron la audiencia para oír la sentencia”, expresó.

“Mientras esto pasaba, Jiménez me hizo firmar un documento que decía que yo estaba satisfecho con su trabajo. Encontré esto un poco extraño, pero firmé igual. De acuerdo a él, todo iba bien. El día de mi sentencia llegó y me condenaron a 28 años de cárcel”, puntualizó.

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