Según Medina, Solís le pidió que firmara unos documentos para garantizar que había recibido el artefacto. Le llevó hasta una tienda de electrodomésticos y le hizo firmar varias hojas.

Medina, sin saber leer, no pudo constatar lo que decían los escritos. Tiempo después, ella se sorprendió al enterarse que tenía una deuda.

Con los meses, la deuda inicial de 5 mil soles aumentó a casi 14 mil. Ella todos los días toca la puerta de la casa de Solís, pero no recibe respuesta. Ella teme que los intereses continúen aumentando.