En octubre del año pasado agentes de la Policía Nacional capturaron al ciudadano libanés Muhamad Amadar en su departamento en Surquillo donde encontraron supuestos rastros de sustancias para la fabricación de explosivos que utilizaría en atentados en la ciudad y fue acusado de pertenecer al grupo terrorista árabe Hezbolá.

Fue interrogado durante siete días por miembros de la Dircote y escribió una carta en la que aceptaba su culpa. Sin embargo, poco ante de una audiencia le dijo a su abogado que era inocente, que escribió la carta presionado por los policías, que fue torturado y que le “sembraron” los rastros de explosivos.

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“Me dijeron que si yo colaboraba me iba a ir a mi país. ‘Si tu colaboras, nosotros tomamos tus manos y te llevamos a un avión y te regresas a tu país, pero si no te vas preso 25 años, 30 años’, cada día me decían más y más años (…) Yo confesé (que era terrorista) porque estaba asustado, confesé porque no quería ir a la cárcel 25 años. Yo nunca he tenido entrenamiento en inteligencia, eso es mentira”, dijo el libanés.

Un familiar de Muhamad informó que luego de conocer este caso y el testimonio donde asegura inocencia, presentará una queja formal al Ministerio de Justicia de su país y tienen pensado demandar al Estado peruano ante instancias internacionales, según informó RPP Noticias.