Se analizaron las prendas que tenía puestas en el momento de su muerte y también el cadáver, y los informes indican que estaba vivo cuando cayó, por lo que se descarta que hubiera sido asesinado en otro lugar y luego lanzado al precipicio.

La fiscal María del Rosario Lozada Sotomayor, quien dirige las indagaciones adelantó que no existen pruebas de un homicidio y dijo que se están analizando los indicios.

Además, los propios peritos aseguraron que las pruebas realizadas no pueden establecer si Ciro cayó accidentalmente o si lo empujaron; sin embargo, guiados por las investigaciones se inclinan por la tesis de la caída accidental.

Esa misma idea es la que se maneja en el Ministerio Público, pues no hay forma de identificar a un responsable. “De lo que se tiene, todo parece indicar que Ciro se cayó solo”, indicaron a al diario ‘Perú 21’ fuentes de la fiscalía.

Los cabellos

Empero, la fiscal Lozada aún está a la espera de los resultados de la prueba mitocondrial, que es un muestreo de las células de los cabellos encontrados en las prendas de Ciro. Estos serán comparados con los pelos que entregaron una veintena de personas incluidas en la investigación, entre ellas policías, rescatistas y familiares de Ciro y de Rosario Ponce.

En tanto, los testimonios son el único soporte a los que se aferra la defensa de la familia Castillo Rojo.