denunció a través de su cuenta de Facebook que el coreógrafo y director teatral la acosó sexualmente durante los ensayos de un montaje que estaban trabajando juntos.

La joven, quien incursionó en el teatro en el 2016, contó que, luego del estreno de la obra de una amiga, Castrillón se le acercó para proponerle hacer un espectáculo juntos. Agregó que había escuchado malos comentarios acerca de él.

Contó que unas amigas que habían trabajado con él “me advirtieron que tuviera cuidado, ya que era un tipo que había tenido/tenía (…) problemas de misoginia, abuso sexual, drogadicción y malversación de fondos en más de una de sus producciones. Una incluso se adelantó a advertirle a él que si yo aceptaba, ‘no se metiera conmigo’”. Sin embargo, ella decidió hacer caso omiso a esos comentarios y aceptó trabajar con el director, dándole el “beneficio de la duda”.

Luego, reveló que él le pidió que estuviese desnuda en todos los ensayos, a lo que ella aceptó. “Yo no tengo mayor problema con el desnudo, así que, después de escuchar sus motivos (colocarme en un estado vulnerable para empezar a crear desde ahí, y blablablá), acepté”.

Sin embargo, en el segundo o tercer ensayo, ocurrió algo que no le gustó: “Durante un ejercicio en el cual yo tenía los ojos vendados y tenía que buscarlo en el espacio (porque poco a poco empezó a formar él mismo parte de las improvisaciones), me di cuenta de que él también se había quitado toda la ropa”.

Bracamonte dijo que esa experiencia la incomodó mucho, pero Castrillón intentó justificarla diciéndole “que quitarse la ropa había sido su forma de mostrarme que estaba ahí, tan dispuesto como yo, dispuesto a mostrarme su peor lado y a confiar totalmente en mí”, aunque al final, él le dijo que no iba a volver a quitarse las prendas, para no incomodarla más, “pero lo que vino después fue mucho peor”.

Enfatizó que poco a poco, Castrillón empezó a mostrar su “misoginia”. “Una vez me empujó tan fuerte contra el piso, que me golpeé la cabeza y me quedé casi inconsciente durante unos segundos. Otra vez me tiró un trapo mojado en la cara con todas sus fuerzas, estando a 2 metros de distancia. Cuando le dije que era evidente que había sido a propósito, lo aceptó y me dijo que no sabía qué le había pasado. Cuanto más pasaban estas cosas, menos confiaba yo en él”.

Asimismo, reveló que en otro ensayo, el director de teatro incluso le bajó el calzón y “empezó a levantarme la falda y a acercar su cara a mi cuerpo. Se acercó tanto que llegué a sentir su respiración pegada a mí”. Entonces, ella reaccionó, le empujó y le pegó.

Incluso, en una ocasión, Castrillón se le abalanzó desnudo e intentó seducirla diciéndole cosas al oído. Ese fue el último ensayo que tuvo con él.

“Mis ensayos con él duraron cuatro meses, y esos cuatro meses me han costado la salud mental y estabilidad que había logrado tener después de mucho. Sigo tomando pastillas hasta ahora”, puntualizó.

¿Qué dijo Castrillón al respecto?

El director de teatro se pronunció ante la denuncia de Bracamonte, asegurando que no se identifica con la imagen de abusador sexual.

“No me identifico con la imagen de abusador sexual, sobre todo, si ha sido como todas, una situación consensuada”, escribió Castrillón en un extenso comunicado publicado en Facebook.

“Los profesionales con los que he trabajado saben cómo, en distintas circunstancias, puedo llevar al límite mis pretensiones de encontrar la verdad que mueve a cada actor más allá de un figuretismo y de necesidades narcisistas de exposición, y en esto lo sexual no es siempre ajeno, sin embargo, y esta es la gran diferencia entre un acercamiento consentido y un abuso, las veces que lo íntimo apareció, fueron absolutamente consensuadas, por eso tengo mi conciencia suficientemente tranquila y no me siento el abusador que esta mujer refiere”, agregó.

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