El resultado del peritaje oficial al cadáver de Edita Guerrero se enfrenta a evidencias encontradas en el propio protocolo de necropsia, firmado por la perito Rosario Medina Aparcana, documentos en los que han quedado registradas contradicciones y hasta omisiones.

El documento, que consignaría la falta más grave, es la prueba radiológica que el mismo Ministerio Público suele tomar al cadáver recién exhumado para demostrar en qué exactas condiciones se entrega el cuerpo al perito a cargo.

Cuarto Poder presentó el informe expedido por el radiólogo del propio Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, que recibió el cadáver de Edita Guerrero, inmediatamente después de ser sacado de su tumba y poco antes de ser entregado a manos de la doctora Rosario Medina. Encierra un dato crucial.

En esta fase se desarrolló un documento revelador, expedido por el propio Instituto de Medicina Legal, que se ha pasado por alto, pero que acredita inequívocamente, cómo se encontraba la columna cervical de Edita Guerrero antes de ser tocada y examinada por la perito.

El pronunciamiento del médico radiólogo forense, Pedro Fernando Marrú, señala que a la cantante Edita Guerrero se le tomaron 23 placas en todo el cuerpo, pero lo más importante, quedó consignado en sus conclusiones y estas son determinantes, dice a la letra, el cráneo, columna cervical, tórax, abdomen y pelvis no presentan fracturas ni cuerpos extraños.

¿Por qué la radiografía previa al examen de necropsia del propio Ministerio Público, que ahora avala a la perito, decía que la columna de Edita no presentaba fracturas ni cuerpos extraños, cuando las conclusiones finales de la doctora Medina señalan todo lo contrario?, ¿cómo llegó la perito Medina a encargarse del caso?